¡Hola, Paz de Cristo!
Una de las cosas que me gusta hacer cuando hablo en público, es hacer el uso de Anécdotas; porque ellas dan luz y sentido a lo que uno quiere explicar. Además, porque son un excelente método pedagógico de aprendizaje. Es decir, nos amplia el panorama.
Tengo muchas anécdotas escritas, y otras que tengo en mi memoria. Así que, quiero empezar a compartir la primera anécdota en mi página.
“Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta. Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía. Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos? Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: «Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace». La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Nadie está mas vacío que aquel que está lleno de sí mismo».
No por algo, el proverbista expresó:
“El que mucho habla, mucho yerra;
el que es sabio refrena su lengua…».Proverbios 10:19. NVI
Bendiciones en Cristo Jesús